Lo nunca dicho de España
domingo, 26 de enero de 2014
Para haceros más amenas las ultimas horas de este domingo, os hemos traído un conjunto de frases dichas por personajes ilustres sobre nuestra querida España, aquí están:
''No hay puñado de tierra sin una tumba española.'
Libro de los Tercios españoles
"Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos" Tercio de Zamora a las ordenes del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla.
"Decidle a Vernon que para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta sólo le ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir."
Blas de Lezo, en respuesta a la carta de Vernon tras su desastre en Cartagena de Indias.
Blas de Lezo, en respuesta a la carta de Vernon tras su desastre en Cartagena de Indias.
"España mi natura, Italia mi ventura, Flandes mi sepultura."
Lema de los Tercios
Lema de los Tercios
"Tengo por enemigo a una nación de doce millones de almas, enfurecidas hasta lo indecible. Todo lo que aquí se hizo el dos de mayo fue odioso. No, sire. Estáis en un error. Vuestra gloria se hundirá en España” Carta de Jose I a su hermano Napoleón.
"Si en el frente os encontráis a un soldado mal afeitado,
sucio, con las botas rotas y el uniforme desabrochado,
cuadraos ante él, es un héroe, es un español..."
Jürgens, General de Artillería
Comandante General del XXXVIII, Cuerpo de Ejército de la Wehrmacht
sucio, con las botas rotas y el uniforme desabrochado,
cuadraos ante él, es un héroe, es un español..."
Jürgens, General de Artillería
Comandante General del XXXVIII, Cuerpo de Ejército de la Wehrmacht
“Y aquí se verá si los argentinos son en realidad descendientes de los españoles la batalla será ardua y difícil para los nuestros, si en cambio lo son de italianos, la batalla se decidirá en cuestión de horas”.
General Británico anónimo, en referencia a la Guerra de la Malvinas.
General Británico anónimo, en referencia a la Guerra de la Malvinas.
“Este país es ingobernable”.
Amadeo de Saboya.
“Con soldado español y mando alemán conquistaré el mundo”.
Adolf Hitler
Amadeo de Saboya.
“Con soldado español y mando alemán conquistaré el mundo”.
Adolf Hitler
Ni hablar. Los españoles son el único pueblo mediterráneo verdaderamente valiente e immediatamente organizarían guerillas en nuestra retaguardia. No se puede entrar en España sin permiso de los españoles. Hitler, luego de invadir Francia, cuando algunos generales le propusieron también invadir España.
Tras la batalla de Bailén,el general Castaños y sus tropas acampan y reciben la visita de un General "de salón".
"¿Pretendes entrar en Madrid con éstos desarrapados?"
"Con ellos entré en Bailén y era mas difícil"
"¿Pretendes entrar en Madrid con éstos desarrapados?"
"Con ellos entré en Bailén y era mas difícil"
"Todo mi mal empezó con la maldita guerra de España"
"Si queremos dominar el mundo, antes debemos anexionarnos a los vecinos del sur, su arrojo y valentía nos dará las victorias que necesitamos."
Napoleón
Napoleón
“España es el país más fuerte del mundo, lleva siglos tratando de destruirse a si misma y todavía no lo ha conseguido”.
Otto Von Bismarck
Otto Von Bismarck
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La resistencia del honor
lunes, 20 de enero de 2014
La muerte de Hiroo Onoda a los 91 años de edad en Tokyo el pasado 16
de enero de 2014 nos hizo recordar uno de los casos más curiosos de toda la
Segunda Guerra Mundial, el ejemplo de la cabezonería de un pueblo por
la resistencia de sus ideales.
Os pondré en situación, Hiroo Onoda fue teniente del
ejército nipón durante la Segunda Guerra Mundial. Fue instruido como oficial de
instrucción y de tácticas de guerrilla.
En 1944 con la vista de la derrota cerca, el ejército nipón manda a este teniente
acompañado con un grupo de soldados bajo sus ordenes para resistir en la isla de Lubang
(Filipinas).
Hiroo Onoda antes de ir a Lubang
Al poco de ocurrirse el desembarco solo sobrevivieron unos tres soldados y Onoda, los tres soldados eran el soldado Yuichi Akatsu, el cabo Shoichi Shimada y el soldado de primera clase Kinshichi Kozuka. Al verse superados en número tuvieron que esconderse en las colinas y empezar a luchar con técnicas de guerrilla.
Después de la rendición japonesa, los soldados recibieron folletos y todo tipo de pruebas de la finalización del conflicto, pero Onoda y sus soldados desconfiaban de las técnicas que serian capaces de utilizar para acabar con ellos, por eso decidieron ignorar estas pruebas y continuar con su particular lucha.
Yuichi Akatsu se empezó a separar de ellos en 1949 para acabar entregandose a las fuerzas filipinas.
Después de otro intento de hacer que los soldados se rindieran (esta vez con fotos de familiares como prueba) Shimada fue herido de muerte por un grupo de hombres de la localidad que les estaban buscando el 7 de mayo de 1954.
Unos años después Kozuka murió también durante una de las incursiones de la guerrilla que realizaban en los campos de arroz en 1972.
En 1974 Hiroo Onoda se encontraba totalmente solo cuando un estudiante japones llamado Norio Suzuki apareció en su búsqueda. Le contó que era famoso en Japón y que había comenzado una búsqueda por todo el mundo de el teniente Onoda, un panda, y el Abominable Hombre de las Nieves, en este orden. Al poco se hicieron amigos, ya que Suzuki sentía una gran admiración por el teniente, el le contó que se había convertido en una leyenda en Japón y que hacía 29 años que la guerra había terminado, pero Onoda insistió en que hasta que no le dieran la orden de rendirse directamente de su superior, él no abandonaría su misión.
Suzuki al volver a Japón se puso en contacto con el gobierno nipón y les mostró las fotos para demostrar que hablo con Hiroo Onoda. El gobierno japones se puso manos a la obra en localizar al mayor Taniguchi (superior que le dio la orden de ir a Lusbang) que después de la guerra se convirtió en librero. Al enterarse de la situación, cogió un avión y se dirigió a Lusbang para ordenar a Hiroo Onoda deponer las armas
Así es como después de 29 años de haber finalizado la guerra, el teniente Hiroo Onoda depuso sus armas y dio por finalizada su la lucha de su vida.
Hiroo Onoda entregándose
Aunque parezca increíble no fue el ultimo soldado nipón en rendirse, ese merito se lo lleva el soldado Teruo Nakamura que estuvo luchando 7 meses mas que el teniente.
La historia de Hiroo Onoda es el ejemplo de un pueblo dispuesto a morir por sus ideales o mirándolo desde otro punto de vista, como los absolutismo contaminan a la gente con ideales tan férreos. Sea como sea por donde lo mires, esta es la historia de un hombre valeroso que prefirió dar su vida a una causa antes que perder su orgullo.
Cáncer histórico.
Circulando por este mundo que es internet, he encontrado una serie de imágenes cancerígenas como mínimo las cuales he decidido que era necesario compartir con vosotros.
Aquí están:
Napoleón bogavante
Martin Burger King
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Canal Historia
viernes, 17 de enero de 2014
Definición gráfica del Canal Historia, ademas de poner a los ingleses y norteamericanos como semi-dioses y libertadores de la oscuridad y el absolutismo.
El testamento de Hitler
lunes, 13 de enero de 2014
Hoy circulando por internet, me he encontrado una cosa muy curiosa de la que desconocía bastante. El autentico testamento de Hitler, si señores, existe y se conserva, el problema es que no es nada conocido, por lo menos para mi y mis amigos. Aquí os dejo una imagen.
Realmente hay dos testamentos, uno personal y otro político, en este post tengo intención de poner el personal, ya que el político es bastante largo, pero si tenéis interés en el, solo tenéis que dejarlo en los comentarios y lo subiré. Aquí os dejo la traducción:
Mi Último Deseo y Testamento Político
Como consideré que no debía aceptar la responsabilidad, durante los años de conflicto, de contraer matrimonio, ahora he decidido, antes de concluir mi carrera en la tierra, tomar en matrimonio a la mujer, quien después de muchos años de fiel amistad, entró a la sitiada ciudad por su propia voluntad, con el propósito de compartir su destino conmigo. Por su propio deseo, ella irá a la muerte como mi esposa. Eso nos compensará, por lo que ambos perdimos por mi trabajo al servicio del pueblo.
Lo que poseo, pertenece en su debido grado al Partido. Si este ya no existe, al Estado; si el Estado también es destruido, no hace falta una última decisión mía.
Mis pinturas, de las colecciones que he comprado durante el curso de los años, nunca fueron coleccionadas con propósitos privados, sino como una extensión de la galería de mi casa en Linz a.d. Donau.
Es mi más sincero deseo que este legado sea debidamente ejecutado.
Designo como mi Albacea, a mi más fiel camarada del Partido, Martin Bormann. A él le doy mi máxima autoridad legal, para que tome todo lo que tenga un valor sentimental o que les sea necesario para mantener una vida modesta y simple a mis hermanos y hermanas, sobre todo también para la madre de mi esposa y mis colaboradores que son bien conocidos por él, principalmente, mis secretarias sin igual, Frau Winter, etc. quienes por muchos años me ayudaron en mi trabajo.
Yo, personalmente, y mi esposa, para escapar a la deshonra de la deposición o capitulación, hemos escogido la muerte. Es nuestro deseo que seamos incinerados inmediatamente, en el lugar donde he llevado a cabo la mayor parte de mi trabajo diario, en el curso de doce años al servicio de mi pueblo.
Dado en Berlín, el 29 de Abril de 1945 a las 4:00 AM.
Pocos días después:
El canto de cisne de Aníbal, la Batalla de Zama.
jueves, 2 de enero de 2014
República romana (en rojo) y República cartaginesa (en azul) al comenzar la II Guerra Púnica |
En el contexto de la Segunda Guerra Púnica, Aníbal Barca no
aprovechó su tremenda victoria en Cannas en el 216 a.C. (donde
murieron unos 60.000 romanos por unos 6.000 cartaginenses, estando
estos últimos en inferioridad numérica) ya que se dedicó a
recorrer Italia sin decidirse a asediar Roma. Aunque las ciudades
griegas se rebelaron contra Roma y el rey Filipo V de Macedonia se
alió con Cártago, el no conquistar la ciudad del Tíber supuso un
tremendo error.
Muy
lejos de la indecisión de Aníbal, en Hispania, el joven general
romano Publio Cornelio Escipión, que acababa de pacificar la
Península Ibérica, se propone a asestar un golpe por sorpresa
contra Cartago en su propio territorio, el Norte de África, que
obligará a los púnicos a desalojar Italia. Dado el visto bueno por
el Senado, pone rumbo a África con la ayuda de la caballería númida
del aspirante al trono de Numidia, Massinisa. En la primavera del 203
a.C vence en la batalla de los Grandes Campos, expulsando a Sifax del
trono de Numidia y colocándo en él a Massinisa, convirtiéndose
este reino en aliado de Roma. Pero la llegada de Aníbal a África,
que había permanecido 15 años en Italia imbatido, le obliga a
librar un nuevo combate. Todo se dispuso el 19 de octubre del 202 a.C
para que los dos ejércitos se vean las caras en Zama, en las afueras
de la propia Cartago.
Aníbal formó a 37.000 infantes en tres líneas, más 3.000 jinetes
en los flancos y 80 elefantes en vanguardia. La primera línea púnica
se componía de 12.000 soldados (mercenarios de distintas partes de
su territorio: íberos, libios, baleáricos, etc ) y los paquidermos.
La segunda la integraban africanos y cartagineses, más 4.000
macedonios al mando de Sópatro. La tercera línea estaba compuesta
por su infantería veterana de la campaña italiana.
Escipión le hizo frente con 20.000 legionarios más 14.000
auxiliares, entre los que había 6.000 caballeros númidas, y 2.700
equites. Los romanos adoptaron la disposición clásica de batalla de
la legión, denominada triplex
acies, con los jabalineros vélites
en primera línea, la primera línea de combate (segunda)
hastati, los veteranos prínceps
en tercera, y los lanceros expertos triarii,
armados con lanzas largas, detrás.
El
general tuerto ordenó cargar a los elefantes, ebrios y con los
tobillos heridos para enfurecerlos, contra los legionarios romanos.
Para contrarrestar la embestida, Escipión ordenó a sus hastati
que
bruñeran sus corazas y escudos para deslumbrar a las bestias, además
situó a sus músicos en vanguardia de forma que el estruendo
espantara a los animales. Cuando estaban a punto de chocar contra la
formación, los legionarios abrían pasillos en los cuales los
elefantes perdían ímpetu y eran alanceados hasta la muerte por los
vélites y demás unidades armadas con pilum.
Los
caballeros númidas de Massinisa pusieron en fuga a la menos numerosa
caballería de Aníbal y la persiguieron, saliendo del campo de
batalla. Lo mismo ocurrió en el otro extremo de la batalla con la
caballería romana, liderada por Cayo Lelio. En este punto, los
hastati ya estaban en combate con la primera línea cartaginesa. El
Púnico ordenó avanzar su segunda línea. Escipión, conocedor e
imitador de su táctica, se le adelantó contraatacando antes de que
llegaran los refuerzos.
Los hastati
empujaban
con sus escudos y perforaban la carne de los mercenarios de la
primera y segunda línea de Aníbal. Parecía que la batalla estaba
decidida a favor de Roma, pero la infantería veterana de Aníbal
formó una muralla inquebrantable, dando un vuelco a la situación.
En esta situación, Escipión mandó toda su infantería de golpe
contra la línea de veteranos. El campo de batalla estaba sembrado de
cadáveres, pues ambos bandos habían planteado una guerra de
desgaste (Aníbal comandaba tres ejércitos que no habían combatido
juntos jamás, y su determinante caballería se había pasado al
enemigo).
Los veteranos, aunque obligados a mantenerse a
la defensiva, eran tropa experimentada, supervivientes del cruce de
los Alpes y más curtidos que sus oponentes romanosasí que poco a
poco iban ganado terreno, incluso contra los triari. Pero de repente
la caballería númida y los equites de Cayo Lelio, después de
derrotar a la caballería cartaginesa en ambos flancos, regresaron al
campo de batalla, cargando sobre la retaguardia cartaginesa y
destrozando su compacta formación por la espalda. El ejército de
Aníbal se colapsó, truncando el sueño del tuerto de ver Roma
arrasada; El Africano, sin embargo, se había ganado un sobrenombre
de leyenda.
Las bajas cartaginesas totalizaban 20.000
muertos, 11.000 heridos, 15.000 prisioneros, 133 estandartes y 11
elefantes. Una autentica debacle. Los romanos por su parte
totalizaban 1.500 muertos y 4.000 heridos. Las consecuencias para
Cartago fueron humillantes: la perdida de las posesiones no
norteafricanas, entrega de la flota, un pago de 10.000 talentos de
oro, la manutención de las tropas romanas en Africa durante tres
meses, el reconocimiento de Masinisa como rey de Numidia y la entrega
de 100 rehenes escogidos por Escipión. Ambos Senados ratificaron los
términos, quedando Cartago devastado y barrido como superpotencia
marítima, afirmándose Roma como la mayor potencia del Mediterráneo
y acabando así con la Segunda Guerra Púnica.