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La resistencia del honor

lunes, 20 de enero de 2014

La muerte de Hiroo Onoda  a los 91 años de edad en Tokyo el pasado 16 de enero de 2014 nos hizo recordar uno de los casos más curiosos de toda la Segunda Guerra  Mundial,  el ejemplo de la cabezonería de un pueblo por la resistencia de sus ideales.

Os pondré en situación, Hiroo Onoda fue teniente del ejército nipón durante la Segunda Guerra Mundial. Fue instruido como oficial de instrucción  y de tácticas de guerrilla. En 1944 con la vista de la derrota cerca, el ejército nipón manda a este teniente acompañado con un grupo de soldados bajo sus ordenes para resistir en la isla de Lubang (Filipinas).


                                                        Hiroo Onoda antes de ir a Lubang

Al poco de ocurrirse el desembarco solo sobrevivieron unos tres soldados y Onoda, los tres soldados eran el soldado Yuichi Akatsu, el cabo Shoichi Shimada y el soldado de primera clase Kinshichi Kozuka. Al verse superados en número tuvieron que esconderse en las colinas y empezar a luchar con técnicas de guerrilla.

Después de la rendición japonesa, los soldados recibieron folletos y todo tipo de pruebas de la finalización del conflicto, pero Onoda y sus soldados desconfiaban de las técnicas que serian capaces de utilizar para acabar con ellos, por eso decidieron ignorar estas pruebas y continuar con su particular lucha.

Yuichi Akatsu se empezó a separar de ellos en 1949 para acabar entregandose a las fuerzas filipinas.

Después de otro intento de hacer que los soldados se rindieran (esta vez con fotos de familiares como prueba) Shimada fue herido de muerte por un grupo de hombres de la localidad que les estaban buscando el 7 de mayo de 1954.

Unos años después Kozuka murió también durante una de las incursiones de la guerrilla que realizaban en los campos de arroz en 1972.

En 1974 Hiroo Onoda se encontraba totalmente solo cuando un estudiante japones llamado Norio Suzuki apareció en su búsqueda. Le contó que era famoso en Japón y que había comenzado una búsqueda por todo el mundo de el teniente Onoda, un panda, y el Abominable Hombre de las Nieves, en este orden. Al poco se hicieron amigos, ya que Suzuki sentía una gran admiración por el teniente, el le contó que se había convertido en una leyenda en Japón y que hacía 29 años que la guerra había terminado, pero Onoda insistió en que hasta que no le dieran la orden de rendirse directamente de su superior, él no abandonaría su misión.

Suzuki al volver a Japón se puso en contacto con el gobierno nipón y les mostró las fotos para demostrar que hablo con Hiroo Onoda. El gobierno japones se puso manos a la obra en localizar al mayor Taniguchi (superior que le dio la orden de ir a Lusbang) que después de la guerra se convirtió en librero. Al enterarse de la situación, cogió un avión y se dirigió a Lusbang para ordenar a Hiroo Onoda deponer las armas

Así es como después de 29 años de haber finalizado la guerra, el teniente Hiroo Onoda depuso sus armas y dio por finalizada su la lucha de su vida.

                                                             Hiroo Onoda entregándose

Aunque parezca increíble no fue el ultimo soldado nipón en rendirse, ese merito se lo lleva el soldado Teruo Nakamura que estuvo luchando 7 meses mas que el teniente.

La historia de Hiroo Onoda es el ejemplo de un pueblo dispuesto a morir por sus ideales o mirándolo desde otro punto de vista, como los absolutismo contaminan a la gente con ideales tan férreos. Sea como sea por donde lo mires, esta es la historia de un hombre valeroso que prefirió dar su vida a una causa antes que perder su orgullo.

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